Reclamando las Calles.
Las calles de Cabo San Lucas son a menudo un retrato de vida nocturna, miles de carros pasan a un costado de banquetas inundadas por el aroma de alcohol y el constante bullicio de interminables fiestas. Pero cada domingo por la mañana, mientras la fiesta se desvanece y el sol emerge una vez más tras el mar de Cortez, los carros son hechos a un lado y las calles se vuelven un patio de juegos para aquellos que se rehúsan a quedarse en sus casas.
Al rededor del mundo un movimiento se ha desenvuelto a través de las últimas décadas, ciudades han tomado sus venas principales y las han vaciado de los miles de vehículos que transitan día con día por ellas, permitiendo a transeúntes, patines, patinetas, y bicicletas reclamar estos espacios por algunas horas
Aquí niños aprenden a andar en bici, para ellos, estas calles se vuelven normales.
La ciudad se vuelve un lugar para humanos.
En Cabo San Lucas esto ha tomado lugar durante los últimos doce años.
Cada cono.
Cada bicicleta disponible para rentar
Incluso las lecciones de Zumba.
Todo fué una donación.
La ciclovía de Cabo San Lucas es uno de los pocos ejemples de esta iniciativa que no cuenta con apoyo por parte del govierno.
El apoyo de la comunidad que lentamente ha aprendido a apreciar este espacio lo ha ayudado a crecer y desarrollarse. Ya sea una donación de alguien que trajo a sus hijos a aprender a andar en bici o McDonald’s mismo proveyendo electricidad durante eventos especiales. Hoy en día la ciclovía se ha vuelto autosustentable, recaudando suficiente dinero a través de la renta de bicicletas y donaciones para pagar por mantenimiento, así como una paga simbólica para el equipo que hace esto posible.
A través de los años, Mario Meave, organizador de la ciclovia, ha intentado muchas veces por diferentes métodos , trabajar junto con las autoridades en turno para hacer crecer esta iniciativa. Pero muchos planes para ayudar a esta comunidad se han venido abajo por falta de interés y mal uso de recursos.
Reconstuyendo la Comunidad.
Los niños que aprenden a andar en bicicleta aquí verán una calle que les da la bienvenida, pasarán junto a familias y grupos de amigos haciendo lo mismo y se encontrarán rodeados de personas que prefieren dejar el automóvil en casa. Para ellos, esto será normal.
Crecerán conociendo las formas adecuadas de moverse por estas calles, sabrán convivir en ellas con más vehículos. Y cuando les llegue el momento de conducir junto a un grupo de ciclistas, sabrán respetarlos.
Este es el sueño que mantiene viva la ciclovía. No importa si las autoridades nunca se dan cuenta de este esfuerzo constante, si las calles se quedan como están ahora y no se da más infraestructura a los espacios para bicicletas. La gente que ha hecho de la ciclovía su casa, que ha crecido en ella, y los que vendrán después de ellos, ellos son los que van a convertir a Los Cabos en un lugar donde puedes llevar tu bicicleta para moverte de manera segura y libre.